Los partidos políticos chilenos negocian contra reloj con el objetivo de evitar que el segundo proceso constitucional en marcha fracase, al igual como sucedió en septiembre de 2022.
A horas de que concluyera la noche del martes la votación en el pleno del Consejo Constitucional (CC) y se diera inicio a la etapa de revisión, por parte de la Comisión de Expertos, a las modificaciones que se le introdujeron al anteproyecto que ellos elaboraron, los máximos dirigentes de partidos de derecha y de la centroizquierda han intensificado las conversaciones a fin de consensuar el texto final que se deberá votarse en un plebiscito el 17 de diciembre.
El Partido Republicano (PR), que tiene la mayoría de los consejeros, ha impuesto su impronta en el documento que se está discutiendo y ha hecho valer su peso en la aprobación de casi todas sus propuestas, lo que ha derivado en la crítica y malestar del oficialismo.
Para el analista político Francisco Covarrubias, esta segunda propuesta no es ni refundacional ni maximalista como la primera entregada por la Convención Constitucional en 2022, pero sí es partisana y ese sello republicano ha implicado que los partidos tradicionales de derecha se hayan abierto a conversar con el centro. De hecho, algunos hablan de la «Kastitución».
Las encuestas, indistintamente, confirman un alza de la opción rechazo por parte de la ciudadanía, cuestión que ha levantado la alerta en aquellos que creen no se puede perder esta oportunidad de zanjar el tema constitucional.
El PR, junto a Renovación Nacional, la Unión Demócrata Independiente y Evopoli ha sostenido reuniones formales con Demócratas (ex DC) y Amarillos (ex Concertación) y otras informales con el Partido Socialista, cuya presidenta, la senadora Paulina Vodanovic, afirmó ayer que no tomarán una decisión definitiva hasta que no concluya la tramitación del texto, hecho que ocurrirá el 7 de noviembre. Y este jueves Demócratas se reunirá con el Socialismo Democrático.
Aunque el Partido Comunista (PC) no se ha involucrado en estos diálogos, ya hay voces internas, las más duras, que rechazan la idea de negociar porque se estaría legitimando buena parte de lo postulado por Kast.
Dar vuelta el partido
Algunos analistas aventuran que en la etapa que se inicia este sábado 7 de octubre, donde los expertos revisarán durante una semana lo realizado por el CC, para luego zanjar en una comisión mixta de consejeros y expertos las diferencias entre ambas instancias, se podrán restar algunos de los elementos introducidos por el PR y así llegar a un texto que pueda ser defendido por más grupos.
Hasta el momento, el Frente Amplio y el PC se han negado también a adelantar una posición, porque no quieren ser responsabilizados de hacer fracasar la instancia. Los republicanos expresan, tras bambalinas, que si los comunistas rechazan la propuesta será mucho más fácil sumar votos a la idea de aprobar.
Kast, en las últimas horas, se mostró esperanzado de revertir la tendencia por el rechazo que se observa. Aseguró que «con este texto no solo estaríamos a favor, sino que trabajaríamos intensamente para poder convencer a todos y cada uno de los chilenos de que es lo mejor para Chile». «Vamos a dar vuelta el partido», manifestó en alusión a los sondeos.
Ante el pesimismo que se ha extendido en la clase política, el presidente Gabriel Boric dijo hace algunos días que se debe insistir en alcanzar «el mayor consenso posible». «Quienes quieran antagonistas en mí no los van a encontrar», aclaró.
Uno de los temas que afloró fue la posibilidad de que el PR no entregue los votos para la votación definitoria que tendrá lugar el lunes 6 de noviembre, donde el CC en pleno debe aprobar por 3/5 el texto completo de manera integral.
Uno de los consejeros republicanos más influyentes, el abogado Luis Silva, salió al paso señalando que se han esforzado por sacar adelante el texto y que, por lo tanto, está fuera de su horizonte que todo se caiga el último día. «Si llegáramos a ese último día de votación con un texto que a los republicanos no nos gusta, nosotros le daríamos la última palabra a la ciudadanía (en el plebiscito) y haríamos campaña (en contra) como corresponde», precisó Silva.
Los cambios que incomodan
Cuando se inició el 7 de septiembre la votación en el pleno del CC, tres consejeros de la UDI, RN y Evopoli dieron la señal de que no necesariamente la derecha y derecha radical votarían como bloque. Es así que se rechazó la enmienda que señalaba que «todo ser humano es persona» (para el oficialismo permitiría derogar la ley de aborto en tres causales vigentes) generando un quiebre en el sector.
Aun así, en los días subsiguientes se aprobaron articulados que establecen la defensa del niño que está por nacer, la expulsión inmediata de inmigrantes ilegales, la creación de la Defensoría de las Víctimas y la limitación del alcance de los fallos del Supremo. Y se rechazó el artículo que establecía la paridad de salida (60/40) en el Congreso.
Normas controvertidas
En el ámbito económico se visó, quizás, las normas más controvertidas pues se estableció el derecho de las personas a elegir entre los sistemas privados y público en materias de salud y previsión. También se impusieron las ideas que limitan la huelga sindical solo en el marco de la negociación colectiva, la libertad sindical y la prohibición de paro en el servicio público, el pago del daño patrimonial efectivamente causado en la expropiación de una propiedad y el fin del pago de contribuciones (impuesto territorial) a la primera vivienda.
Se aprobó el texto del anteproyecto que establece que el Estado de Chile es social y democrático de derecho, y se incorporó el artículo que dice que «el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es contrario a los derechos humanos y a la seguridad de la Nación», además de declarar inconstitucionales las agrupaciones a las que pertenezcan los autores de estos hechos.
Los consejeros, pese a los cálculos electorales hechos por sus partidos, aprobaron normas que cambiarán profundamente el sistema político chileno. Se estableció que solo los partidos que alcancen el 5% de los votos en la elección de la Cámara de Diputados tendrán derecho a asumir los escaños, aunque la regla no se aplicara si logran elegir 8 diputados y senadores en total.
Todas estas enmiendas, con origen republicano, son rechazadas por el oficialismo, y en ellas se están concentrando las negociaciones que emprendieron los expertos y consejeros en las últimas horas