La tercera gala de ‘Gran Hermano VIP 8‘ aterrizó este jueves 28 de septiembre en pleno tsunami de cambios en Telecinco. En el mismo día la cadena de Mediaset ha anunciado la cancelación de ‘Cuentos chinos’ y el debate de los martes de ‘GH’, el regreso de Lara Álvarez para conducir el resumen diario del ‘reality’ en el ‘access prime time’, y además todo apunta a que volverá a fichar a Jorge Javier Vázquez de forma inminente en un intento desesperado de reflotar el formato de telerrealidad, cuyos datos están a años luz de los que cosechaba antaño.
Así pues, con más revuelo fuera que dentro de la casa de Guadalix, llegó la primera expulsión de la edición, acompañada de la promesa de una revolucionaria mecánica nunca antes vista en el formato. Con casi el 70% de los votos, la audiencia se ha tomado la revancha echando a Luca Dazi a la primera, cosa que no pudo hacer en su edición de ‘MasterChef‘, donde el ‘tiktoker’ casi llegó a la final entre acusaciones constantes de tongo y polémicas varias.
¿Una vida extra para Luca?
A Luca se le cumplió su peor pesadilla, perdiendo el primer duelo de la octava edición del ‘reality’ frente a Álex Caniggia. El argentino ya se ha posicionado como un claro favorito de los espectadores pese a no gozar de la misma popularidad entre sus compañeros.
Sin embargo, cuando Marta Flich dijo su nombre como el concursante que tendría que abandonar el concurso, no se imaginaba la controvertida nueva regla que entraría en juego esa misma noche.
Se trata de la vida extra. Con ella, ‘GH VIP‘ ofrece la oportunidad de que un expulsado (uno solo en toda la edición), volviera a la casa tras pasar por plató. Eso sí, previo pago de 25.000 euros descontados del premio final destinado al ganador.