miércoles, noviembre 6

Se disparan las emisiones de carbono en el Ártico por los grandes fuegos de Canadá

Los devastadores incendios forestales de este verano en Canadá han disparado las emisiones totales de carbono en el Círculo Polar Ártico, muy superiores a las del año pasado, y las terceras más voluminosas tras las registradas en 2020 y 2019, según los datos publicados la madrugada de este jueves por el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS). Este organismo realiza un seguimiento de los incendios en todo el hemisferio norte durante la temporada boreal, que comienza en mayo y se prolonga hasta octubre. El CAMS calcula que los fuegos canadienses han liberado 410 megatoneladas de dióxido de carbono, un gas que contribuye al calentamiento global e impacta en la salud del planeta y en el aire que respiran sus habitantes.

Los datos de CAMS muestran que las emisiones de carbono de los incendios forestales del periodo junio-agosto en el Ártico han sido las terceras más altas registradas, por detrás solo de las de 2019 y 2020, debido principalmente a los incendios en latitudes altas en los Territorios del Noroeste de Canadá. Solo en el Gran Norte canadiense ha habido este año más de 270 incendios que han afectado a 2,13 millones de hectáreas. Y en el conjunto del país se han contabilizado unos 5.700 fuegos que han quemado una superficie de más de 137.000 kilómetros cuadrados, como toda Murcia, Andalucía y Extremadura juntas. Nadie recuerda un año tan extremo ni hay registros tan catastróficos como los de este 2023 en Canadá. Y las consecuencias han llegado al Ártico en forma de emisiones de gases y material quemado de biomasa.

Calidad del aire

Detectados por primera vez en mayo, estos incendios han seguido activos en varias localidades, causando pérdidas humanas y materiales, así como decenas de miles de desplazados. Pero además han afectado gravemente a la calidad del aire en Canadá y en otras regiones de Norteamérica. «La extensión, persistencia e intensidad de estos incendios hace que ya se estimen en cerca de 410 megatoneladas de emisiones totales de carbono para Canadá en 2023», señalan los expertos en el informe del CAMS.

Se trataría de la cifra más alta para este país, por un amplio margen, ya que el anterior récord anual se registró en 2014, con 138 megatoneladas de emisiones de carbono. Además en el momento de redactar el documento todavía hay incendios forestales activos en varias regiones canadienses, por lo que el volumen de emisiones podría seguir creciendo. De momento sólo los incendios en Canadá representan el 27% de las emisiones globales de carbono por incendios forestales de 2023 (1.455 megatoneladas).

Las consecuencias de los fuegos del país norteamericano se han extendido hasta Europa, «a donde llegaron penachos de humo producidos por estos incendios», según recoge el CAMS. De hecho, a finales de junio entraron por la Península Ibérica y en España se vieron los restos de las columnas de humo, que dejaron una extraña sensación de calima en muchos puntos del noroeste del país.

«Todos los veranos se producen incendios forestales en las regiones boreales, con localización, intensidad y duración variables en función de las condiciones hidrológicas, meteorológicas y climáticas. A medida que aumentan las temperaturas y se prolongan las condiciones de sequía, crecen las probabilidades de que se produzcan incendios devastadores como los de Canadá», señala Mark Parrington, científico sénior del CAMS, que destaca la capacidad de este servicio de Copernicus para vigilar las emisiones de los incendios forestales. «El desplazamiento del humo es esencial para comprender la escala y los impactos potenciales en la calidad del aire», apunta.

De Siberia a Tenerife

Otros episodios importantes de incendios forestales durante esta última temporada son los que tuvieron lugar en Rusia, más concretamente en las regiones siberianas de Omsk y Novosibirsk, y en el distrito federal oriental, si bien Rusia está en 2023 por debajo de la media de los últimos 20 años en lo que a emisiones de carbono de incendios forestales se refiere.

El documento del CAMS recuerda que varias regiones mediterráneas también experimentaron una importante actividad de incendios forestales a medida que avanzaba la temporada. Entre julio y agosto, los fuegos afectaron al norte y centro de Grecia, y las emisiones en esta época del año fueron las terceras más altas registradas, por detrás de las de 2007 y 2021. La Península Ibérica también sufrió un importante episodio, que afectó tanto a Portugal como a España, incluido el incendio de Tenerife, el más devastador en la isla de los últimos 40 y que quemó cerca de 15.000 hectáreas.

El documento también incluye los catastróficos incendios en la isla de Maui, en Hawái, que dejó al menos 114 muertos y arrasó buena parte de esta paradisiaca isla del archipiélago hawaiano.