El obituario del presente mes de septiembre está viniendo cargadito en lo que a personajes públicos concierne. A la muerte de María Teresa Campos, gran comunicadora tan querida por su trabajo como conocida por sus omnipresentes hijas -y ahora también nieta-, le sucede días después la de María Jiménez, con un tiro de cuatro caballos tordos, que no blancos porque esa capa no existe, entre un cortejo fúnebre que detuvo el tráfico por las calles de Sevilla. Imagen que evoca el entierro del Espartero, que fue también el torero más popular de su tiempo, hace 130 años, pero con cuatro jacos más, y negros. También nos ha dejado Pepe Domingo Castaño, un maestro de las ondas que hizo de la… Ver Más