Un nuevo estudio liderado por científicos del Museo Americano de Historia Natural, Brooklyn College, y el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont ha conseguido reconstruir el cráneo, bien conservado aunque muy dañado, de una gran especie de simio que vivió hace unos 12 millones de años, Pierolapithecus catalaunicus, que resulta crucial para entender la evolución humana. Los investigadores describen sus hallazgos en un artículo recién publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
Pierolapithecus catalaunicus, descrito por primera vez en 2004 en el noreste de España, pertenecía a un grupo diverso de especies de simios, ahora extinguidos, que vivieron en Europa entre hace 15 y 7 millones de años. En paleontología, las características del cráneo y los dientes son extremadamente importantes para establecer las relaciones evolutivas entre las distintas especies fósiles, y encontrar esta clase de material junto a los huesos del resto del esqueleto, permite a los científicos no sólo de situar con precisión la especie en el árbol familiar de los homínidos, sino también aprender más sobre la biología del animal y su adaptación el medio ambiente que lo rodeaba.
Trabajos previos llevados a cabo con restos de Pierolapithecus sugieren que ya existía un diseño corporal vertical anterior a las adaptaciones que permitieron a nuestros lejanos antepasados colgarse de las ramas de los árboles y moverse entre ellas. Sin embargo, persiste el debate sobre el lugar evolutivo de la especie, en parte debido a los daños al cráneo.
El mayor problema es que el registro fósil es fragmentario, y muchos especímenes están incompletos y distorsionados, explica Ashley Hammond, coautor del estudio, lo cual hace difícil llegar a un consenso sobre las relaciones evolutivas de los simios fósiles clave que son esenciales para entender tanto al mono como a la evolución humana.
Para tratar de resolver estas preguntas, los investigadores utilizaron tomografías computarizadas para reconstruir virtualmente el cráneo de Pierolapithecus, compararlo con otras especies de primates y modelar después la evolución de las características clave de la estructura facial del simio. De este modo, descubrieron que Pierolapithecus comparte similitudes en la forma y tamaño de la cara general con grandes simios, tanto fosilizados como vivos, pero también que tiene rasgos faciales distintos que no se encuentran en otros simios del Mioceno Medio. Los resultados son consistentes con la idea de que esta especie representa a uno de los primeros miembros de los grandes simios y la familia humana.
Otra de las conclusiones del estudio es que el cráneo de Pierolapithecus está más cerca en forma y tamaño al antepasado común del que evolucionaron tanto los grandes simios actuales como los humanos.